La sustitución de piezas dentales es una rama de la odontología que resulta relativamente joven, teniendo en cuenta que, algunas décadas atrás, era impensable poder sustituir un diente caído por otro artificial.

Hay un material que fue introducido en el campo odontológico en 1965 y que cambió para siempre la ciencia de la sustitución de dientes. Este material es el Titanio.

A través de los avances de la implantología, la especialidad que se dedica a la sustitución y tratamiento de prótesis dentales. Este proceso resulta mucho más orgánico y con alta probabilidad de éxito. Esto, no obstante, no sería posible sin el uso del titanio como elemento base de dichos implantes.

Tipos de implantes de titanio

Aunque siempre se habla de los implantes de titanio de manera generalizada, hay diferentes tipos a la hora de tener que adaptarlos a cada paciente.

Los tipos de implantes de titanio son los siguientes:

  • Láminas perforadas: si el hueso alveolar es demasiado estrecho, este no permite la colocación natural de los implantes. En este caso se usan láminas perforadas, facilitando así que el hueso pueda crecer entre los agujeros donde se coloca la prótesis.
  • Endoóseos: van directamente colocados en el hueso alveolar y pueden adoptar la forma de fricción y roscado, siendo estos los más utilizados. Eso es debido a que el proceso de osteointegración es mucho más rápido.
  • Pterigoideo: cuando se deben rehabilitar los maxilares con atrofia, estos implantes permiten recuperar el funcionamiento de la mandíbula, colocándolos en el maxilar superior, justo en el segundo molar.
  • Cigomáticos: son implantes que ayudan a evitar un injerto de hueso en caso de que el maxilar presente un grado elevado de degradación.
  • Yuxtaóseos: son utilizados en caso de que la mandíbula del paciente se encuentre en un grado elevado de reabsorción ósea, teniendo que ajustar el implante sobre la cresta alveolar.

Beneficios de los implantes dentales de titanio

Su uso se ha convertido en la opción más recomendada por odontólogos por su grado de pureza respecto a otros metales. Si bien antiguamente mucha gente se ponía dientes de oro, durante los años se ha ido probando que dicho metal puede ser altamente tóxico al entrar en contacto con el fluido sanguíneo.

El titanio, cuando alcanza el grado 4 de pureza, tiene una concentración muy alta de oxígeno y hierro. Esta circunstancia, en combinación con su alta biocompatibilidad con cualquier tejido vivo, lo convierte en un material que puede ser utilizado a largo plazo para la sustitución dental.

Otra característica destacable es su resistencia a la corrosión en un contexto biológico. Este material recoge excelentes propiedades para favorecer su osteointegración. Teniendo en cuenta estos factores, no es sorprendente que el 95% de los implantes dentales fabricados hoy en día sean de titanio o aleaciones del mismo.

Todo esto produce unas probabilidades de aceptación de entre el 2 y el 5%.

¿Por qué los implantes de titanio son los más recomendados?

Este tipo de implantes de son los más recomendados por los odontólogos, pues estos pueden venir en una o dos piezas, cosa que resulta muy útil debido a que estos pueden ser angulados, permitiendo corregir la posición al colocarlos.

Otro dato importante es que los implantes de titanio resultan muy resistentes a la corrosión bucal, valiéndose de su excelente biocompatibilidad con el hueso y los tejidos musculares de las encías.

Si se necesita un buen implante dental, los de titanio son los que ofrecen la mayor duración y calidad. Es importante también que, para mantener su larga vida, se hagan revisiones periódicas para garantizar el cuidado del procedimiento quirúrgico. Esto permitirá que dichos implantes duren muchos años en la boca sin ningún problema o contratiempo.

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