¿Sabías que después de una extracción dental, tu boca debería hacer un pequeño «vendaje» natural llamado coágulo? Cuando este «vendaje» no se forma o se rompe, podemos enfrentarnos a una condición preocupante llamada alveolitis húmeda. En este post vamos a profundizar en el tema.

¿Qué es la alveolitis húmeda?

La alveolitis húmeda es una afección que puede surgir tras una extracción dental, especialmente si la pieza dental está incrustada o en una posición complicada. Después de la extracción, se espera que se forme un coágulo de sangre en el alveolo, que actúa como un protector natural.

Sin embargo, si el coágulo se rompe o no se forma correctamente, puede producirse una infección, dejando el alveolo vulnerable a microorganismos y agentes externos dañinos.

Esta infección ocurre si no se mantiene una higiene bucodental adecuada en el área, lo que puede llevar a la acumulación de restos de comida u otros elementos en el alveolo. La alveolitis húmeda es más común en fumadores y en personas con trastornos del sistema inmunológico.

¿Cómo saber si tengo alveolitis húmeda?

Existen varios indicios que pueden señalar la presencia de alveolitis húmeda. Estos son:

  • Extracción de piezas dentales con infecciones previas.
  • Pacientes fumadores.
  • Mala higiene oral.
  • Traumas excesivos en el proceso de extracción.
  • Ruptura del coágulo sanguíneo debido a enjuagues del paciente tras la extracción.

Los síntomas más comunes son el dolor intenso en la zona afectada, que puede aparecer durante los tres primeros días tras la extracción dental. La alveolitis húmeda es una infección tardía, por lo que normalmente se desarrolla entre los tres y los cinco días después de la extracción dental, pudiendo llegar a durar de quince a veinte días, incluso con tratamiento.

Alveolitis húmeda en la muela del juicio

Es importante señalar que la alveolitis húmeda puede surgir con mayor frecuencia después de la extracción de las muelas del juicio debido a su posición más profunda en la boca y la posible complejidad del procedimiento de extracción.

Tratamiento para la alveolitis húmeda

El tratamiento de la alveolitis húmeda se basa en dos métodos principales:

  • Medicamentos: Pueden ayudar a desinflamar y aliviar las molestias, especialmente en casos de una infección bacteriana grave, donde los antibióticos son esenciales. Los analgésicos, como el ibuprofeno o el paracetamol, también pueden ser útiles. Además, se debe incrementar la higiene bucodental para mantener el área lo más desinfectada posible.
  • Higiene del alveolo: Incluye la limpieza profunda del área afectada y la eliminación de cualquier residuo. A menudo se utiliza suero fisiológico para limpiar la cavidad y eliminar todos los microorganismos patógenos.

¿Por qué los alvéolos pulmonares deben estar húmedos?

Aunque estamos hablando principalmente de alveolitis dental húmeda, es importante señalar que los alvéolos también juegan un papel crucial en nuestros pulmones. Los alvéolos pulmonares necesitan estar húmedos para permitir el intercambio de gases entre los pulmones y la sangre.

La humedad en las paredes de los alvéolos pulmonares ayuda a mantener abiertos los alvéolos, evitando que colapsen y permitiendo un intercambio eficiente de oxígeno y dióxido de carbono.

¿Cómo prevenir la alveolitis húmeda?

Prevenir la alveolitis húmeda requiere un compromiso con una buena higiene oral y seguir las indicaciones postoperatorias después de una extracción dental. Aquí te presentamos algunas estrategias efectivas para minimizar el riesgo de esta afección:

1. Mantén una higiene bucodental adecuada

Cepíllate los dientes de dos a tres veces al día, garantizando que todas las áreas de la boca, incluyendo las encías, la lengua y las mejillas, se limpien a fondo.

2. Usa utensilios odontológicos adicionales

El cepillado por sí solo puede no ser suficiente. Complementa tu rutina de higiene oral con el uso de utensilios odontológicos como hilo dental, enjuagues bucales y irrigadores dentales.

3. Selecciona el cepillo de dientes adecuado

Elige cepillos con cerdas suaves y realiza movimientos leves y precisos durante el cepillado. Esto ayudará a prevenir la irritación de las zonas sensibles y garantizará que el área afectada quede totalmente libre de contacto.

4. Evita fumar antes y después de la intervención

El tabaco aumentará el riesgo de una mala curación. Evita hacerlo en las horas antes y después de la intervención.

5. Sé cauteloso con tus enjuagues bucales

No enjuagues ni escupas de manera agresiva durante las primeras 24 horas después de la cirugía. Este comportamiento puede interrumpir el proceso de coagulación y causar problemas en la recuperación.

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Además, tu primera consulta en Klinnn será totalmente gratuita.