¿Notas algún bulto en la boca? Podría tratarse de un torus mandibular, una pequeña protuberancia que suele aparecer a los lados de la boca o en la lengua. Aunque muchas veces no sean peligrosos, sí conviene estudiarlos y saber cómo tratarlos.
Hoy conoceremos más sobre esta patología, explicando lo que es, los tipos, sus causas, síntomas y también su tratamiento.
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¿Qué es el torus mandibular?
Llamamos torus mandibularis a una protuberancia de la superfie lingual de la mandíbula, la cual sobresale en la parte interna de la boca. Esta protuberancia está hecha de hueso, el cual ha crecido más de lo normal. Por lo general, el torus mandibular es bilateral, aunque asimétrico, siendo también de crecimiento lento.
Los torus no suelen superar los dos cm, teniendo forma de hueso recubierto de mucosa sana. Si no crece, no presenta ningún síntoma, aunque como veremos después, sí puede tener alguna complicación si crece demasiado.
Tipos de torus
Hay 3 tipos diferentes de torus en la mandíbula según su localización:
- Superior o palatino: aparece en el cielo de la boca o paladar. Forma una línea y no suele superar los 2 cm.
- Inferior o lingual: sale en la parte inferior de la boca o en la zona de los pemolares. Es el más peligroso y el de crecimiento más probable
- Vestibular: en este caso, aparecen varios bultos que se distribuyen por toda la cara vestibular. Aparece tanto en la parte superior como en la inferior.
Causas del torus mandibular
Ahora vamos a ver por qué sale el torus mandibular, es decir, sus causas. Afecta a un porcentaje elevado de la población adulta, en concreto, entre el 20 y el 25%, apareciendo después de la pubertad. Además, es más propenso en mujeres.
Hay cierta predisposición genética a padecerlo, unido a otros factores que favorecen su aparición:
- Estrés
- Bruxismo
- Traumatismos
- Hiperparatiroidismo
- Disfunciones de la articulación temporomandibular
- Hipertensión
- Desgaste dental
Síntomas
En sus primeras etapas, no presentan ningún tipo de síntoma, manteniéndose a menudo así a lo largo de toda la vida por tener un crecimiento lento o prácticamente nulo. En esos casos, el torus mandibular no es malo. El problema es que a veces pueden crecer y impiden realizar una vida normal.
En sus fases avanzadas, el torus mandibular produce dolor, sangrado leve, variación de la mucosa oral, mala higiene dental, problemas para comer o hablar, llagas bucodentales o desplazamiento de piezas cercanas al torus.
Diagnóstico
Seguramente estés pensando: “¿cómo puedo saber si tengo torus mandibular?”. La respuesta es mediante un correcto diagnóstico. Además de notar tú mismo los bultos, deberás acudir a consulta para examinarte. El profesional realizará una palpación y evaluación de la mucosa, pruebas de vitalidad de los dientes subyacentes y estudios histopatológicos, con el fin de determinar si está provocando daños. Además, una radiografía oclusal es útil para ver los torus y su evolución.
Tratamiento de torus mandibular
Si el torus mandibularis es inocuo, no se tratará, ya que no supondrá ninguna complicación. El tratamiento se hará cuando el tamaño sea demasiado grande y provoque los síntomas anteriormente descritos. Si eso ocurre, hay que aplicar cirugía para quitarlo.
Operación quirúrgica
La cirugía para el torus mandibular es el tratamiento para eliminarlo. Se trata de una osteotomía de corta duración (45-60 minutos), con el fin de extirpar el hueso sobrante total o parcialmente. La operación utiliza anestesia local.
Consiste en hacer una pequeña incisión, extraer el torus con un osteótomo y suturar, aplicando cemento quirúrgico para proteger la herida en el postoperatorio.
¿Cómo es el postoperatorio del torus mandibular?
Una vez finalizada la extracción, se realizará un pequeño posoperatorio. Eso incluye la toma de ciertos fármacos recetados con función analgésica y antiinflamatoria. El proceso generalmente dura una semana, aunque depende del tamaño del torus.
Además, se seguirá una dieta blanda durante el tiempo que sea necesario, además de evitar el alcohol y el tabaco hasta la completa recuperación. Tampoco se recomiendan alimentos demasiado fríos ni demasiado calientes.
Por otro lado, el cepillado y la higiene bucal cobran especial importancia en el posoperatorio. Un correcto cepillado evita las infecciones y otros problemas de cicatrización. Si aparecen algunas complicaciones como hematomas, edemas o infecciones, no lo duces y consulta con el especialista.